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Silvia Juliana: una víctima de amor, lealtad y decisiones ajenas

Sicarios le arrebatan la vida a joven madre en Girón

Girón, Santander. Una madre, una hija, una amiga. Silvia Juliana de la Rosa Cuella, de apenas 23 años, fue asesinada este martes 29 de julio en un acto de violencia que sacude al municipio de Girón y deja en luto a toda una familia.

Silvia no era el objetivo. No tenía cuentas pendientes con la ley ni enemigos conocidos. Su único “error”: amar a la persona equivocada. Alias El Holandés, su pareja sentimental, había sido capturado un día antes por la SIJIN por su presunta responsabilidad en al menos tres homicidios. Silvia, decidida a apoyarlo a toda costa, estaba gestionando recursos para pagar un abogado que lo defendiera.

Ese martes, tras recibir $500.000, almorzó en casa de una amiga y pidió un servicio de transporte para regresar a su hogar, donde la esperaba su hija pequeña. Eran las 2:54 p. m. cuando la muerte la sorprendió.

Dos hombres en un vehículo gris, de placas HVZ-162, se le acercaron. No hubo palabras. Solo el estruendo seco de los disparos. Silvia cayó al suelo, impactada en la cabeza, al lado del carro que nunca alcanzó a abordar. Murió en el acto.

Minutos después, gracias a la rápida acción de la Policía Nacional, el vehículo fue interceptado en el barrio Alto de Betania. Se produjo un cruce de disparos. Uno de los presuntos responsables fue capturado: Daniel Sebastián Durán, de 22 años, señalado como el conductor del vehículo. Las autoridades investigan su participación en este crimen y en otro intento de homicidio ocurrido días atrás en el sector de La Isla.

El automóvil, alquilado bajo el pretexto de trabajar para aplicaciones como InDriver, era presuntamente usado por la banda criminal para ejecutar asesinatos selectivos. Todo apunta a un ajuste de cuentas que tenía como blanco a El Holandés, pero que terminó segando la vida de una inocente.

En el lugar del crimen quedó tirada una cartera negra con la cédula de Silvia, testigo mudo de una tragedia que no debió ocurrir. Su padre llegó al lugar minutos después, destrozado, sin poder contener el llanto. Su madre también arribó entre gritos de dolor, clamando justicia.

Silvia deja una niña huérfana. Una pequeña que crecerá sin el calor de su madre. Una familia rota. Un barrio consternado. Y una comunidad que hoy repite con impotencia aquella frase que cada vez duele más:

“Siempre pagan los justos por los pecadores.”

Desde este medio, nos unimos al dolor de sus seres queridos y alzamos la voz para que este crimen no quede impune. Que su historia no se borre, que su nombre no se olvide.

🕊️ Silvia Juliana de la Rosa Cuella, 23 años. Madre. Mujer. Víctima.

Que la justicia no tarde… y que su hija crezca sabiendo que su madre murió siendo inocente, pero valiente.