“Ariel, asesinado en presunta venganza por la muerte del conductor de Indriver”


La violencia volvió a teñir de sangre las calles de Bucaramanga. Ariel Gómez Rodríguez, de 33 años, fue asesinado a sangre fría la noche de este jueves, sobre las 7:51 p.m., dentro de las instalaciones de Diego Moto, en el barrio Santander, lugar donde se alquilan motocicletas sin importar la nacionalidad de los clientes.

Según testigos, dos sicarios en motocicleta llegaron sin dar aviso y, sin mediar palabra, descargaron seis balas contra Ariel, dejándolo malherido en el suelo. Aunque fue trasladado a un centro asistencial, llegó sin signos vitales.

Las primeras hipótesis apuntan a una presunta venganza mortal. Ariel habría estado involucrado en el homicidio de un joven conductor de InDriver el pasado 22 de junio, cuando, en medio de un accidente de tránsito cerca de la entrada a Ruitoque, en Floridablanca, le disparó sin piedad tras una discusión porque el conductor no se detuvo. El trabajador murió horas después debido a la herida recibida.

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Fuentes cercanas revelan que Ariel sabía que lo iban a matar. Al parecer le había confesado a su familia que había recibido varias amenazas de muerte y que, por ello, ya tenía tiquetes comprados para viajar a España este 1 de septiembre, buscando huir de la venganza y de una orden de captura que estaba a punto de salir en su contra.

La noche de su asesinato, Ariel se encontraba en el taller de Diego Moto esperando que le entregaran la moto que él usaba para mototaxismo. Fue allí donde lo “cazaron” y ejecutaron con precisión.

“El que a hierro mata, a hierro muere”, dice el viejo refrán que hoy retumba con fuerza en Bucaramanga. Ariel, quien vivía en el barrio Campohermoso, pagó con su vida el homicidio que, según la Policía, él mismo había cometido hace dos meses.

Las autoridades investigan, pero la comunidad tiene claro que esto fue un ajuste de cuentas. En el barrio Santander, hoy, el miedo y el silencio son los protagonistas.