El médico salió un toro bravo para las mujeres en bucaramanga.
Más denuncias de maltrato a mujeres recaen sobre el médico que la FCV describe como el hombre de las «manos mágicas y un suave toque para intervenir pacientes».
Este domingo se conoció otro caso que involucra al cirujano cardiovascular Antonio Figueredo Moreno luego de que la revista Semana revelara el testimonio de la médica María Paula Pizarro.
La hoy anestesióloga Érika Plata, de 34 años, contó al mismo medio que fue golpeada varias veces en 2012 por el hoy Coordinador de Cirugía Cardiovascular del Hospital Internacional de Colombia (HIC), de la FCV.
Pero serían al menos 20 mujeres que habrían sufrido sus agresiones psicológicas y físicas desde 2007, aseguró María Paula Pizarro.
La Fundación Cardiovascular de Colombia informó este domingo en su cuenta de Twitter que «el denunciado fue apartado de sus funciones».
El 12 de noviembre pasado, Figueredo Moreno golpeó brutalmente a la médica María Paula Pizarro , de 27 años,en su cara, le fracturó tres dientes y le mordió los senos, dejándola ocho días incapacitada, según lo aseguró la víctima.
En entrevista con Semana, dijo que mantenía una relación clandestina con este cirujano, quien era amigo de su padre, quien es anestesiólogo del HIC.
Narró que ese día salió con Figueredo al bar Macondo, de Bucaramanga. donde él la empezó a maltratar verbal y psicológicamente.
“Él paga la cuenta con mi plata. Nos montamos al carro y empieza a decirme que yo no merecía ir a un hotel. Me lleva a una residencia, me pide que le baile, yo le digo que no; me quitó el celular, empezó a ver algunos mensajes de mis amigos, y me dio un puño en el ojo izquierdo. Me tiró al piso, me empezó a pegar patadas, yo me puse en posición fetal, como pude me subí al carro.
“Luego me llevó al sótano de un parqueadero, se cogía la cabeza, decía: ‘Usted se tiene que perder, no se puede ir para su casa así, váyase para la casa de una amiga (…)’. Yo estaba muy asustada, le pedí a Dios que me ayudara, estaba temblando», relató María Paula Pizarro.
Ese mismo día se sometió a una valoración médico-legal lo ocurrido siendo visibles en su rostro en uno de sus ojos y en su barbilla y varios dientes partidos. En su versión ante las autoridades comentó:
“Ya había pasado antes. Nos fuimos en el carro, yo estaba muy cansada y me quedé dormida. Cuando me levanté, él estaba revisando el celular completo, me dijo vagabunda y puta, me pegó el primer puño, me agarró del pelo y me botó al piso, me pegó un puño en el mentón. Entonces, me acostó y me quería ahorcar”.
Semana informó que el certificado médico señala “petequias a nivel del hemicuello izquierdo, a nivel de las mamas se evidencian mordeduras con equimosis y edema”.
Antes de estos hechos, ya la habría golpeado en tres oportunidades e incluso la escupió, aseguró la profesional.
María Paula denunció penalmente a Figueredo Moreno y contrató como su abogado a Jaime Lombana quien calificó al médico como «un cobarde depredador y violento agresor que ha venido atacando a mujeres de su entorno médico. La Fiscalía General está trabajando en la recolección probatoria de otras víctimas, pronto deberá tomar las decisiones que la sociedad espera”.
El cirujano cardiovascular habría amenazado además a la médica con hacer públicas las imágenes íntimas que tiene de ella y por eso el nuevo temor de la mujer.
Tras la agresión, Figueredo Moreno la llamó insistentemente y a decirle que volvieran, dijo María Paula. “Me pidió que cambiara la versión de los hechos. El 14 de noviembre me llamó y me dijo que alistáramos todo, que íbamos a salir a las 3:00 a. m. para Cúcuta. Le dije: ‘¿Y si me vuelves a pegar?’. Me dijo: ‘No, tranquila’”.
Ella lo rechazó y cerró sus redes sociales por una semana.
Él le propuso: “Di que te caíste del baño, que te pegaste con el orillo de la cama, que estabas enojada porque no fuimos a Cúcuta ya que querías conocer a mi mamá, eso es creíble, ¿Quién te va a obligar a hablar?”.
Y llorando le dijo: “Pase lo que pase, nunca lo dudes, eres mi vida entera, al final fue como Romeo y Julieta (…) Lo siento por ti, hp, no quiero perderte, qué dolor tan hp, no había sentido esto por nadie, María Paula, por nadie”.
Ella le expresó el temor de ser agredida nuevamente. Y le preguntó: “¿Tú eres consciente de lo que está pasando? ¿Y si me vuelves a pegar?”. Él respondió: “No va a volver a pasar, te lo juro por Dios, te lo prometo”.
María Paula fue incapacitada por los médicos durante ocho días.
El caso de Érika Plata
La anestesióloga Érika Plata le reveló este domingo a Semana la experiencia que vivió con Antonio Figueredo Moreno en 2012.
«Me terminé enrollando con este señor. Estuvimos un año y medio de relación, en la cual él siempre me juró que estaba separado, cosa que no fue así. Pero en el momento que yo empecé a dudar de esto, la relación se empezó a poner tormentosa. Cada vez que yo le reclamaba sobre su relación, recibía una jalada de cabello o un golpe.
«Yo me empecé a alejar, me cambié de ciudad y me desconecte de él, hasta que un día llegué a mi apartamento, él ingresó al momento que yo abrí la puerta y ahí empezó el terror. Yo llegué sobre las 9:00 p. m. de mi rotación de residencia, él estaba detrás de la puerta, yo no lo logré ver. Cuando abrí, él empujó la puerta y a la fuerza ingresó al apartamento.
«Él acababa de llegar de viaje con su exesposa y sus hijos. Así que yo le dije que se fuera con su mujer, que me dejara en paz y de una vez se me aventó encima, me golpeó la parte de atrás de la cabeza y me botó al piso. Yo intenté defenderme empujándolo, pero cada vez que yo intentaba moverme me golpeaba la cabeza, me arañaba los brazos, así que yo decidí quedarme muy quieta por algunos momentos.
«Pero me desesperaba y trataba de moverme y él volvía a golpearme, sentí que me iba a matar y nadie se iba a enterar. Yo vivía sola en el apartamento, así que lo que pude hacer fue gritar y pedir auxilio y golpear las paredes para que alguien me escuchara y me ayudara, pero esto nunca sucedió. Traté de pararme del piso, pero él nuevamente me tumbó al piso, me dio un golpe en la mandíbula, me bajó el pantalón e intento bajarme la ropa interior.
«Pero yo con una patada logré apartarme de él y traté de correr hacia mi habitación, allá nuevamente me jaló del pelo y me lanzó al piso. Ahí sentí que no tenía escapatoria, así que cerré mis ojos y me quedé muy quieta, me mordió los brazos, me golpeó la cabeza una vez más. Mientras tanto, me decía que yo era una perra, una zorra, que él hacía todo para que nuestra relación funcionara y que yo no daba nada por eso. Que yo no lo quería ver porque tenía otro, y creo que eran las 3:00 a. m. cuando él decidió salir de mi apartamento. Es un monstruo».
Para demostrar que su testimonio es cierto, Érika Plata presentó una historia clínica que prueba la golpiza que recibió.
«Había viajado desde Bucaramanga en carro hasta Bogotá solo para eso. Él tomó su carro y regresó a Bucaramanga, como si nada.
«Apenas amaneció llamé a mi papá y le conté lo que había pasado. Fui a la Fiscalía, claro que sí. De ahí me remitieron a la URI de Paloquemao, que era la que me correspondía por donde vivía. Allí recibieron mi denuncia y me enviaron a Medicina Legal. Allí también fui. Al día siguiente, fui a urgencias de la clínica Reina Sofía para que revisaran mi mandíbula, ya que por uno de los golpes que recibí tenía limitación en la apertura de la boca. Gracias a Dios no tenía ninguna fractura y fueron solo contusiones.
«¿En que estado quedé?: físicamente, con morados, arañazos y mordiscos. Pero psicológicamente y moralmente con una herida gigante que no era capaz de expresar y ni pedir ayuda.
«Desafortunadamente, en nuestra profesión (médica) siempre ha existido un jerarquía absurda que ha llevado a que este tipo de abusos e irrespetos se den. Quería esconderme y no salir nunca más, sabía que yo valía, pero también sabía que ese señor se iba a encargar de arruinarme mis días.
«Sobre la denuncia aproximadamente cuatro meses después recibí una llamada que era una grabación en la que decía que tal día a tal hora tenia cita, yo con la autoestima en el piso y sin creer en la justicia colombiana, no fui. Al día de hoy no sé qué pasó con esa denuncia. Después de esto volvió a buscarme en la clínica donde trabaja y por redes sociales, pero nunca más permití que se me volviera a acercar.
«Al parecer mi denuncia no aparece en la Fiscalía. Yo no tengo documento, porque desafortunadamente un par de meses después tuve un accidente de tránsito en el que mi carro quedó en perdida total y perdí la documentación. Denuncio hoy porque me duele que un hombre sea capaz de hacerle tanto daño a un sinnúmero de mujeres y siga en las calles haciendo alarde de sus “capacidades quirúrgicas”, reparando corazones y que su otra cara sea la de andar destrozando vidas.
«Espero que este señor esté en el sitio que se merece, que se haga justicia y que ni una sola mujer más sea víctima de este tipo de violencia».
Antonio Figueredo Moreno no ha entregado su versión sobre estas denuncias a Semana ni a ningún otro medio y anunció que podría hacerlo esta semana próxima.
Fotos: Suministradas por María Paula Pizarro a Semana
Se lanzó con el cuchillo a robar en Palermo 1 piedecuesta
Echaron al chulo al canasto y para la cana en bucaramanga
El «Kike» mató al chino Jordán en campo Madrid del norte