La tensión se sentía desde esta mañana en el sector 6 de la manzana D del barrio Ciudadela Nuevo Girón, en la ‘Villa de los Caballeros’, por un asunto sentimental. Un hombre del lugar habría sentenciado su plena intención de acabar con otro residente, y lo cumplió esta tarde.

“No lo vimos entrar a la casa, cuando me di cuenta era que estaba encima del muchacho apuñalándolo, primero le dio en la pierna y él (la víctima) pataleó, pero el otro le dio como cinco puñaladas en otras partes”, relata un testigo.

“Una macheta y cuchillo grandísimo”, serían las armas usadas por el violento para su cometido.

La víctima, a quien los habitantes identifican como José Díaz, se encontraba dentro de una vivienda vecina, de nomenclatura #24-13, viendo televisión sobre una cama en la sala, faltando 10 minutos para la 1:00 p.m., cuando fue sorprendido por su enemigo.

Tendrían una pelea casada por una mujer, con quien José sostenía un vínculo afectivo “hacía como dos años”, según vecinos, mientras que la expareja de ella – el ahora homicida – se encontraba tras las rejas purgando un delito “por cuatro años”.

Cuando este hombre salió de la cárcel, la mujer “le ‘dio puerta’ para que se quedara, porque tenían una hija; pero seguía con el otro (con Díaz)”, cuentan en el lugar.

Aquel ‘trío’ amoroso terminó desencadenando en la declaración de muerte del agresor, quien finalmente ‘estalló’ en ira mientras la víctima estaba concentrada en el televisor.

Tras cometer el sangriento ataque, el asesino salió y fue confrontado por algunos residentes, pero logró escabullirse en medio del alboroto.

Mientras, varias manos vecinas alzaron al moribundo José para sacarlo entre los pasillos del barrio hasta la vía principal.

De ahí se buscó un vehículo ‘pirata’ para trasladarlo hasta la Clínica de Girón, pero minutos antes de su arribó perdió todos los signos vitales.

HUMILDE

Al ahora difunto, lo recuerdan en la zona como una persona de muy bajos recursos, quien se desempeñaba en oficios del campo, “para los lados de Lebrija”.

Según sus vecinos, trabajaba en el ‘Municipio Piñero’ y venía cada tanto tiempo al barrio; “pero en la casa no tenía televisor ni nada, ni siquiera donde cocinar, por eso le dábamos comidita y le dejábamos ver televisión en la casa”, cuentan.